Debido a que la práctica de la arquitectura hoy se encuentra en un umbral (el límite entre las premisas del siglo XX y nuestras condiciones de vida rápidamente cambiantes), nos sentimos obligados a reunir nuestras fuerzas y embarcarnos en una conversación. Es un diálogo que se inclina más hacia la práctica que hacia la teoría, dirigido más hacia el futuro que hacia el pasado. Y al reconocer la enormidad de los problemas que enfrenta hoy la comunidad global, el intercambio desafiará la profundidad de nuestra
comprensión, así como nuestra fortaleza interna. Es con esta aspiración que anunciamos la fundación del MCHAP, organizado por la Facultad de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois.

Los premios de arquitectura generalmente se otorgan a quienes alcanzan la excelencia en el campo del diseño. Aceptamos esta definición, pero se nos ocurre que debemos insistir en algo más. Vivimos en una época revolucionaria, en la que las metrópolis en sus múltiples formas albergan ahora a la mayoría de la población mundial. Nuestros sistemas de comunicación se mueven a velocidades cada vez mayores mientras las economías locales se fusionan intercontinentalmente en una vasta red comercial. Nuestros hábitos de vida están experimentando cambios generacionales y rápidos cambios culturales. El mundo actual se ha reconstituido radicalmente respecto del de hace un cuarto de siglo, y los arquitectos están llamados a responder. Es necesario reexaminar las premisas del diseño.

El MCHAP elogiará aquellas obras construidas que reconozcan las circunstancias alteradas de la condición humana. Honrará aquellos proyectos que consideran cómo podemos elevar la calidad de nuestros entornos construidos extendiendo nuestros intereses más allá de las proverbiales cuatro paredes. Respaldará a quienes reconocen la naturaleza interdisciplinaria de nuestras nuevas empresas. Sobre todo, reconocerá a quienes han dotado a su trabajo del misterio y el poder de la imaginación humana. El objetivo es premiar la audaz contemplación de la intersección de la nueva metrópoli y la ecología humana.

La concesión del Premio no es el final, sino sólo el comienzo del evento. El objetivo del elogio es el diálogo resultante entre diseñadores, académicos y pensadores urbanos. En este sentido, esperamos construir un puente entre los estudiantes, los planes de estudio y la práctica profesional.

Ofrecemos esa esperanza reconociendo que muchas cosas están fuera de nuestro control. Al ver la complejidad de las cuestiones que hoy nos ocupan, nos hemos acostumbrado a sentirnos insignificantes, y con razón.
Sin embargo, la escala de las respuestas que buscamos no es el factor determinante. Debemos recordar que hace sólo unas pocas generaciones alguien imaginó la columna dórica, perfeccionó la fórmula de la porcelana, experimentó con el arco nervado e imaginó un satélite en órbita, todo lo cual ha alterado radicalmente nuestras condiciones y expectativas de vida. Nuestra tarea hoy es imaginar los elementos de la futura metrópoli. El propósito del MCHAP es reflexionar sobre los escenarios arquitectónicos en los que se desarrollará el futuro de la humanidad.