HL23 está realizado como un edificio de una unidad por piso con tres fachadas distintas pero coherentes, una rareza en la estructura de bloques de Manhattan. Consta de un condominio por piso, las principales áreas de estar y vistas están orientadas hacia la fachada sur articulada geométricamente, mientras que los baños y dormitorios están ubicados en la fachada norte plana y muy gráfica. La fachada este que da al High Line se forma como una superficie escultórica con ventanas más pequeñas, lo que permite privacidad y vistas enmarcadas de Manhattan. El proyecto es producto de una coordinación global, con fabricación de acero en Montreal, acristalamiento de muros cortina de China, paneles metálicos de Buenos Aires y ensamblajes de muros prefabricados del este de Long Island, Nueva York. Un sistema de muro cortina personalizado, sin enjutas, compuesto por megapaneles de vidrio y acero inoxidable, cuelga de un complejo marco de acero en voladizo, generando expresión dentro de una economía sistemática. Dado que el edificio se encuentra en medio del Distrito de las Artes de Chelsea, intenta ofrecer un objeto comercialmente viable y altamente elaborado que pueda ocupar su lugar entre el arte que se muestra en las galerías cercanas. Debido a su adyacencia con el último espectáculo urbano de Manhattan que es el High Line, y en particular porque un importante punto de acceso al High Line está ubicado en la calle 23, HL23 fue diseñado en torno a un diálogo íntimo y conectado con su contexto. Para un transeúnte de High Line, HL23 es un edificio cuya arquitectura genera una extensión programática del parque, convirtiéndose efectivamente en un evento único y atractivo.