Reflexiones sobre el río Hudson Es uno de esos sitios que requiere arquitectura por su excepcional potencial. La esquina de la Avenida 11 y la Calle 19 es un claro ejemplo de ello. ¿Podrías encontrar alguna vez una vista más abierta? ¿Podría haber alguna vez un lugar con más reflejos en el río Hudson? ¿Podría alguna vez tener un vecino más prestigioso, blanco y luminoso en la esquina de la calle que Frank Gehry? ¿Podría haber un gimnasio más inmenso y completo que el Chelsea Pears, al otro lado de la avenida? ¿Podrías tener alguna vez más galerías y restaurantes de moda a menos de cinco minutos a pie? ¿Podrías ver alguna vez atardeceres más extravagantes? Un sitio como este fomenta el optimismo. Exaltar en la luz. Dejar nuestra huella en este vecindario rico y diverso construyendo nuestro propio restaurante, galería y piscina. La arquitectura difracta, capta y observa. En un ángulo curvo, como el del ojo de un insecto, las facetas ubicadas en diferentes posiciones captan todos los reflejos y arrojan destellos. Los apartamentos están dentro del "ojo", dividiéndose y reconstruyendo este complejo paisaje: uno enmarca el horizonte, otro enmarca la curva blanca del cielo y otro enmarca los barcos en el río Hudson y, al otro lado, enmarca el medio. horizonte de la ciudad. Las transparencias van en consonancia con los reflejos, y las texturas del ladrillo neoyorquino contrastan con la composición geométrica de los grandes rectángulos de vidrio transparente. La arquitectura es una expresión del placer de estar en este punto estratégico de Manhattan. Jean Nouvel